Alergia a la Proteína de leche de vaca, PLV
Se habla de alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) cuando un individuo, tras la ingesta de proteínas lácteas manifiesta una respuesta anormal (con síntomas que se pueden englobar dentro de las reacciones adversas a alimentos) y en ese proceso hay un mecanismo inmunológico comprobado.
Dentro de estas respuestas inmunitarias conocidas como alergias, la mayoría son del grupo Hipersensibilidad inmediata. Tras la exposición al alérgeno el sujeto se sensibiliza y produce anticuerpos específicos para algunas fracciones proteicas de la leche, son las inmunoglobulinas E (lgE) especificas, lgE anticaseina, lgE antibetalactobulina.
Después de una segunda exposición el antígeno se fija a las lgE y se desencadena una respuesta de diversa magnitud, es la reacción alérgica.
De todas las alergias alimentarias, es en la APLV en la que se producen más errores de clasificación, ya que la leche produce variedad de respuestas anómalas, alérgicas y no alérgicas. Y también fenómenos de intolerancia, como la intolerancia a la lactosa, el azúcar de la leche.
Manifestaciones clínicas
Frecuentemente se ponen de manifiesto los síntomas en el primer contacto aparente con la leche, como la introducción de biberón. Incluso a veces durante la lactancia materna se ven síntomas por el paso de proteína a través de la secreción láctea como pueden ser la exacerbación de dermatitis.
En el caso de alergia a proteínas lácteas de hipersensiblilidad inmediata (lgE mediada) los síntomas aparecen variables dependiendo del grado de sensibilización y la cantidad ingerida.
Además de por ingestión, la leche puede producir síntomas por contacto cutáneo directo o indirecto (besos, roces, vómitos) y también síntomas respiratorios por inhalación.
Por orden de frecuencia, lo más habitual son síntomas cutáneos, seguidos de digestivos o asociación de ambos y finalmente respiratorios o y anafilaxia. En ocasiones, los síntomas son leves y pocos relacionados aparentemente con el alimento.
En el caso de alergia a proteínas lácteas no lgE mediadas, los síntomas tardan más en aparecer y pueden ser crónicos, llegando a afectar el estado nutricional. El cuadro más típico es la enteropatía a proteínas lácteas, más conocido como IPLV (intolerancia a proteínas lácteas).
Las reacciones pueden ser leves o moderadas (erupciones, urticaria, picor, lagrimeo, irritación nasal, tos, diarrea, vómito) o graves (dificultad respiratoria, asma, hipertensión, palpitaciones, mareo choque anafiláctico con riesgo de muerte).
Los datos varían según la fuente consultada, por lo que es difícil cuantificar el número de alérgicos.
Se habla de obtención de tolerancia en un 85% antes de los 3 años.
Factores de riesgo
Son factores de riesgo para sufrir alergia a las proteínas de la leche de vaca los siguientes casos:
- Rasgo atópico familiar
- Administración precoz de PLV con posterior lactancia materna (biberón en maternidades)
- Administración intermitente de PLV durante la lactancia materna
Alérgenos
Las proteínas son responsables de la alergenicidad de la leche:
- CASEÍNAS: son el 80% de las proteínas de la leche entera:
- Alfa caseina
- Betacaseína
- Kappaseina
- SEROPROTEINAS: las proteínas del suero son un 2% del total de la leche entera:
- Betalactoglobulina (bgl)
- Alfalactoalbumina (ala)
- Seroalbumina bovina (bsa)
- Inmunoglobulinas bovinas (bgg)
- Otras proteínas en menor proporción: lactoferrina, transferrina, lipasa
Cuando comienza la lactancia artificial los niños reciben un tipo de leche conocida como leche de inicio y luego leche de continuación, la denominación médica correcta de este tipo de leche para alimentar a lactantes es fórmula adaptada. Estas fórmulas se fabrican a partir de leche de vaca, pero realizando modificaciones para acercarse lo máximo posible a la composición de la leche materna. Se añade suero láctico para que la relación proteínas séricas/caseína pase de 20/80 de la leche de vaca a 40/60 que tienen las fórmulas adaptadas.
El inconveniente es el aumento que sufren en betalactoglobulina, esta es una proteína totalmente extraña para la especie humana ya que no existe en la leche materna. Por ello es una proteína muy alergénica que se introduce en la alimentación del lactante en el momento en que se están estableciendo los mecanismos de tolerancia inmunológica.
La caseína, también llamada alérgeno mayor se considera la responsable de la persistencia de la alergia.
Diagnóstico
Al igual que en otras alergias alimentarias el estudio alergolófico consiste en:
- Historia clínica
- Pruebas cutáneas: prick test a leche y sus fracciones. Se puede realizar con extractos comerciales, leche de vaca y fórmulas adaptadas
- Determinación sanguínea de lgE específica a las distintas proteínas.
- Exposición controlada, si no hay causa que los desaconseje como alafilaxia o reacción reciente.
- La suma de ellos, interpretado por el alergólogo es lo que establece el verdadero diagnóstico.
Una vez establecido el diagnóstico se realizan revisiones periódicas en las que el alergólogo evalúa la evolución. En el caso de la APLV, como el inicio suele ocurrir en el primer semestre de vida, es habitual realizar una revisión de seis meses después del cuadro inicial. A partir de ese momento y hasta los cuatro años de edad, en la mayoría de los casos, se revisa al paciente anualmente repitiéndose en el estudio alérgico.
Tratamiento y consejos
Dieta estricta de eliminación de leche, derivados y productos que la contengan mientras no se compruebe tolerancia. La carne de vaca también contiene proteína de vaca cuando el pediatra lo aconseje, puede sustituirse por carne de potro y legumbres para obtener proteína de origen animal y vegetal.
Excluyendo también la leche de cabra y oveja, ya que por la similitud de sus proteínas, puede producir igualmente reacción alérgica. Si se mantiene la lactancia materna, la madre seguirá una dieta sin PLV. Con la leche materna se pueden preparar papillas de cereales, utilizando el sacaleches. Si se establece lactancia artificial se usarán fórmulas especiales siguiendo las recomendaciones del alergólogo.
Se debe prestar atención rigurosa al etiquetado de los alimentos, teniendo en cuenta que podemos encontrar leche como alérgeno oculto. Las PLV se encuentran en lácteos y derivados, pero también están presentes en otros productos manufacturados como pan, fiambres, embutidos, pescados, cereales, galletas, congelados, golosinas, conservas, cosméticos y medicamento.
También es destacable la presencia de PLV en cantidades traza en alimentos que originalmente no las contiene, como consecuencia de contaminación industrial, debida a fabricación conjunta con otros alimentos que si tienen PLV, e en la misma cadena de fabricación.
Numerosos aditivos empleados en la industria proceden de la leche. La lactosa, al ser un azúcar, no provoca una reacción del sistema inmunitario, pero hay proteínas que la acompañan y que no se pueden eliminar en los procesos de purificación y ellas pueden desencadenar reacciones en individuos muy sensibilizados. Se recomienda siempre limitar al máximo el consumo de productos industriales.
Se debe consultar al médico especialista la conveniencia de llevar adrenalina autoinyectable (ALTELLUS o JEXT), y que el paciente, familiares y cuidadores tengan el entrenamiento necesario para su administración. (Sólo en caso de anafilaxia). Se debe advertir siempre al médico y al farmacéutico la condición de alérgico y aun así, ante cualquier medicamento, se debe leer cuidadosamente el prospecto en el apartado de composición.
Es muy recomendable que el alérgico lleve escrita, en un brazalete o pulsera identificativa, con letra clara y visible, su calidad de alérgico a qué alimento en concreto lo es. También se recomienda aportar un teléfono de contacto al que llamar en caso de emergencia.
Dieta para la eliminación de leche y derivados
- Deben eliminarse de la dieta la leche de vaca y todos los derivados lácteos: yogur, queso, flan, natillas, cuajada, mantequilla, nata, crema de leche, arroz con leche.
- NO pueden tomar queso ni leche de cabra, de oveja o búfala (mozzarella). Tampoco leche de soja en los primeros meses ya que podría provocar reacción cruzada y alergia a la soja.
- Leer atentamente las etiquetas de los alimentos. Dentro de una misma categoría, unos pueden llevar proteínas de leche de vaca y otros no.
- Las proteínas de la leche de vaca pueden aparecer bajo diversas denominaciones:
- Caseinato de sodio
- Caseinato de calcio
- Caseinato potásico
- Caseinato magnésico
- Hidrolizado proteico
- Caseína
- Suero lactico
- H4511 (caseinato cácico)
- H4512 (caseinato sódico)
- Lactalbúmina
- Lactoglobulina
- En la elaboración de pan de panadería, pan de molde o de «viena» se emplean este tipo de substancias. Hay que tener especial atención con dichos productos informándose debidamente en la panadería de consumo habitual. El pan elaborado con masa madre no debería llevar PLV.
- Productos etiquetados como «no lácteos» contienen con frecuencia caseinato sódico.
Pacientes altamente sensibilizados pueden presentar excepcionalmente reacción alérgica en relación con productos que contengan lactosa contaminada por la proteína de origen. Más info en AEPNAA.
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